El pasado 9 de marzo las autoridades autonómicas anunciaron en torno a las 8 de la noche, que las clases se suspenderían en la Comunidad a partir del miércoles 11 de marzo. En los centros la actividad lectiva fue normal el día 10, y el 11 ya no volvieron los alumnos a las clases. Dado lo inédito de la situación, en un primer momento las instrucciones fueron confusas, se dijo que se suspendían las actividades lectivas pero que los profesores y el resto de empleados de los centros debían seguir asistiendo al trabajo, para en la misma instrucción, unas líneas más abajo, decir que se debía fomentar el teletrabajo. Se dejaba a los directores de los centros educativos la difícil decisión de organizar de la mejor manera posible el trabajo para que los alumnos siguieran con las actividades lectivas y evitar al personal riesgos innecesarios.
Los centros tuvieron que darse prisa y poner a punto actividades, explicaciones y tareas para los alumnos en un tiempo récord. Todo ello utilizando unas herramientas a las que muchos no estaban acostumbrados u otras, como las proporcionadas por la Comunidad de Madrid, que directamente estaban saturadas.
Los trabajadores a los que se ha mandado a casa a teletrabajar lo han hecho, en la mayoría de los casos, con los medios proporcionados por las empresas. A la Consejería de Educación ni se le ha ocurrido pensar en esta posibilidad: ordenador, el de cada uno, línea de datos, la personal, teléfono móvil para hablar con los alumnos y sus familias, el propio. Han sido y están siendo unos días frenéticos, locos, en los que los docentes han puesto a punto el uso de distintas plataformas de las que prácticamente no habían oído hablar hasta ahora o que habían usado en contadas ocasiones: ZOOM, Skype, TEAMS, Classroom, Edmodo… todo ha servido para conectar con los alumnos y tenerlos atendidos. Hasta las cadenas de televisión como Televisión Española han venido en ayuda de las familias con programación educativa por las mañanas adaptadas a Primaria y la ESO. Por supuesto lo peor fueron los primeros días, la maquinaría se va engrasando y cada vez funciona mejor. Durante estos días se han celebrado telemáticamente Juntas de Evaluación, reuniones de departamento, reuniones de comisiones de coordinación pedagógica (CCP), se han publicado las notas de la evaluación, vídeos para los alumnos y se han escrito y recibido miles de correos y whatsapps.
¿Apoyo de la Consejería? Escaso, aunque en estas circunstancias difíciles no deseamos que esto sea una crítica, porque la Consejería, como el resto de los estamentos, está desbordada, si bien es cierto que en muchos casos intentan ponerse medallas sin llegar a poner a punto las medidas. Los profesores recibieron un correo el día 19 comunicándoles que a ellos y a los alumnos se les había dado de alta en una la plataforma de Office 365 y el entorno colaborativo de Microsoft Teams remitiéndoles a un manual para que supieran qué eran esas herramientas a las que desde ese momento tenían acceso y el día 20 ya aparecía en las páginas web de la comunidad el siguiente texto: “Alrededor de 150.000 alumnos y 15.000 profesores se benefician a partir de hoy de este sistema de educación remota que servirá de complemento a las otras herramientas telemáticas a distancia y online, como Educamadrid, de las que ya disponían los docentes” Una afirmación como esta es, cuanto menos optimista, porque los docentes no sabían de qué les estaban hablando. Quizá las cosas se hubieran debido de hacer cambiando el orden: primero explicar a los docentes en qué consistía la plataforma a la que iban a tener acceso, luego proporcionársela y por último, publicitarlo.
No obstante, siguiendo con el tono optimista de esta pequeña nota, la Consejería, insistimos, está haciendo esfuerzos por poner a punto todos los recursos de los que dispone, y la plataforma de Educamadrid que tiene muchas funcionalidades, y que durante estos primeros días se ha visto desbordada, porque no estaba preparada para el uso masivo que se ha estado haciendo de ella, va a ser reforzada durante las vacaciones de Semana Santa, por ejemplo, con la adquisición de nuevos servidores, por lo que esperamos que a la vuelta de las vacaciones, todo funcione mucho mejor.
Aunque no debemos olvidarnos de meteduras de pata, como los acuerdos con empresas de comida rápida para atender a los alumnos con becas de comedor, mientras que en otras regiones han encontrado soluciones más saludables; sobre todo teniendo en cuenta que el gobierno de nuestra comunidad está aparentemente está muy preocupado por los problemas de obesidad infantil.
Esto en lo que afecta a los profesores, pero ¿y los alumnos? Ellos también están haciendo un esfuerzo titánico por seguir las clases, hacer las tareas y no quedarse descolgados, Porque la realidad es que esta crisis está afectando más a los más desfavorecidos, a aquellos chicos que no tienen recursos informáticos en sus casas para estar al día, aumentando así la brecha social entre unos y otros. Muchos están siguiendo las actividades solo con su móvil, o pidiéndoles las tareas a sus compañeros.
Ellos sí que son unos verdaderos héroes. ¿Medidas que se están tomando para resolver esta situación? Los profesores están intentando llegar a ellos de cualquier manera y antes de comenzar las vacaciones nos han llegado noticias de que el Ministerio de Educación ha puesto a disposición de los alumnos más necesitados una partida de ordenadores y tablets, para que puedan trabajar. Ahora solo les falta una conexión a internet.
Purificación Gómez Profesora y Secretaria de Educación PSOE Colmenar Viejo