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Patrimonio Histórico organiza visitas teatralizadas gratuítas al yacimiento visigodo de Navalvillar

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Nuevo Imparcial.-  El Yacimiento de Navalvillar, ubicado en la Dehesa de Navalvillar de Colmenar Viejo, ofrece, a partir del próximo sábado 29 de junio , una serie de  visitas teatralizadas gratuítas para acercar a  los visitantes la historia de este enclave visigodo. El yacimiento de Navalvillar y el de  Navalahija, forman parte de la  Red de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid. Con estas singulares visitas que se prolongarán hasta el próximo sábado 26 de octubre, excepto en el mes de agosto, los ciudadanos podrán conocer de una forma muy amena los detalles de ese tesoro arqueológico, su historia, los habitantes que lo poblaron, los trabajos que se han hecho en él y los hallazgos que han salido a la luz y todo eso disfrutando, al mismo tiempo, del espacio natural en el que se ubica, el pulmón verde del término municipal, la Dehesa de Navalvillar. Para asistir a las visitas teatralizadas, organizadas por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid y totalmente gratuitas, sólo es necesario acudir al yacimiento a las 11:30 h de cada sábado. Se llega a él por la carretera M-625 (Colmenar Viejo-Guadalix de la Sierra) y una vez pasada la Base de Helicópteros de la FAMET (km 2) se toma el primer camino que sale a la derecha hasta la entrada a la Dehesa. Una vez dentro, se continua a pie unos 800 m por el camino principal hasta la primera fuente. Sólo habrá un pase y la representación dura en torno a 30 minutos.

El yacimiento de Navalvillar es un establecimiento rural visigodo dedicado a la actividad metalúrgica-minera que, según los expertos, data de los siglos VI y VII. Entre 1981 y 1990, y sobre una superficie aproximada de 200 m2, fue objeto de seis excavaciones arqueológicas que dejaron al descubierto tres áreas con diferentes funciones: viviendas, establo y almacén, encontrándose numerosos objetos, como vasijas, cuchillos e incluso, lo más interesante, una moneda omeya de plata, la más antigua islámica de la Península. Desde que forman parte de esta Red que organiza la Comunidad de Madrid,  los expertos instalaron un vallado perimetral de madera para proteger el enclave de intrusiones dañinas, especialmente de ganado. Estos  trabajos, por primera vez, permitieron comprobar los niveles de ceniza y escorias procedentes de las diferentes combustiones de la reducción del mineral que debían hacer los pobladores del lugar.

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